Comisiones Obreras de Navarra | 18 abril 2024.

1º Mayo 2024

Ante el futuro laboral

  • ¡Alma, María, Alma! le decía Manuel Cossío a la maestra republicana Sánchez Argós antes del desastre del 36. Saquemos entonces esa alma peleona para seguir afrontando la defensa de la gente que está más desprotegida laboral y socialmente, en un año clave para ello.

Artículo de Joseba Eceolaza en Diario de Navarra

12/02/2018.
Joseba Eceolaza

Joseba Eceolaza

La legitimidad social de un sindicato se basa en muchos factores, algunos vienen de lejos. CCOO forjó su autoridad moral en la pelea por la democracia y contra el franquismo Fue una época con fuerte contestación social y una unidad sindical destacable. Esos códigos, que funcionaron hace cuarenta años, ya no legitiman la acción del sindicato. Por eso este es un momento en el que es preciso repensar el sindicalismo.

Actualmente la legitimación social de CCOO viene dada, sobre todo, por su fuerza; por sus niveles de afiliación y representatividad. Desde el año 1995, CCOO viene ganando las elecciones sindicales en este país y cerca de un millón de personas deciden afiliarse al sindicato. No es poca cosa esta, en un momento en el que las mediaciones están en crisis.

En este periodo de transición hay que adecuar discursos y formas organizativas a una realidad laboral nueva, basada especialmente en la precariedad y la suma de contratos; ahora las trayectorias laborales son más discontinuas, más erráticas. De hecho en Navarra cada persona trabajadora acumula 3,4 contratos, cuando en 2005 eran 2,2.

En un momento en el que la riqueza se concentra cada vez en menos manos, y en el que la precariedad es un elemento central en la pobreza, tenemos que seguir luchando por un modelo económico que no necesite contratar barato para crecer. Y eso lo conseguiremos si seguimos siendo útiles en los centros de trabajo y si profundizamos en el carácter sociopolítico de nuestro sindicato.

La negociación colectiva, además de la renta básica o la fiscalidad progresiva, es un elemento central de distribución de la renta. Es decir, a pesar de que la gente trabajadora es cada vez más heterogénea, a pesar de que nos movemos en un ecosistema muy diferente; hoy, como ayer, el elemento nuclear del conflicto social es cómo se reparte la riqueza generada. Por eso es tan importante la recuperación salarial.

Estamos tratando de generalizar y profundizar la negociación colectiva en las empresas multinacionales, e incorporamos con éxito reivindicaciones sociales en los convenios. Es posible desarrollar una acción sindical solidaria. Las gentes de VW por ejemplo, dentro de la próxima negociación colectiva han exigido que ninguno de los proveedores esté por debajo de lo pactado en el sector. En General Mills (que da trabajo a 850 personas y CCOO tiene mayoría) se han incluido medidas sociales como permisos para parejas de hecho, permisos de lactancia, etc... En Amazon por ejemplo, votó el 82% del censo y el sindicato obtuvo el 94% de los votos y en Primark Pamplona hemos ganado las elecciones sindicales, dos empresas especialmente precarizadas.

En el año 2000 las mujeres representaban el 33,6% de la afiliación del sindicato, hoy es el 41,5%. Avanzamos en ese terreno, también.

Y esto no sólo depende de la eficacia negociadora, hay una fuerte presencia del mundo de las ideas. Los perfiles sociopolíticos son un complemento indispensable para que la orientación esté bien enraizada. Mirar a Marcelino Camacho, a los abogados de Atocha y a las diversas organizaciones y personas que han formado parte, alguna vez, de CCOO Navarra es reencontrarse con un pasado positivo.

En estos momentos, tanto en Navarra como en el Estado, una de las tareas a la que nos estamos dedicando con más fuerza es a recuperar el alma transformadora del sindicato.

La presencia, cada vez mayor, en reivindicaciones sociales, en debates institucionales y en acciones conjuntas con movimientos sociales nos permite seguir siendo una organización que ejerce una interlocución útil, que consigue cosas.

En el congreso en el que salió elegido Unai Sordo se sintetizaron varias de estas ideas; “lo que la empresa ha desintegrado, intégrelo el sindicato”. Por eso estamos en marcha para avanzar desde un modelo vivo, eficaz, motivado y con un fuerte componente ético y sociopolítico.

¡Alma, María, Alma! le decía Manuel Cossío a la maestra republicana Sánchez Argós antes del desastre del 36. Saquemos entonces esa alma peleona para seguir afrontando la defensa de la gente que está más desprotegida laboral y socialmente, en un año clave para ello.