Comisiones Obreras de Navarra | 25 abril 2024.

1º Mayo 2024

CCOO denuncia en el Parlamento la alta siniestralidad laboral y exige recuperar los programas de prevención

    El secretario general de CCOO de Navarra, Raúl Villar, y la responsable de Salud Laboral del sindicato, Carmen Sesma, han participado esta mañana en una sesión parlamentaria para denunciar las insoportables tasas de siniestralidad laboral y pedir al Gobierno de Navarra que reflexione y ponga en marcha con urgencia una mesa con los interlocutores sociales. El objetivo, impulsar actuaciones en este sentido, con el fin de erradicar la lacra de los accidentes, que se intensifiquen los recursos del Instituto de Salud laboral de Navarra y que se impulsen visitas a centros de trabajo, desarrollando campañas de concienciación y difusión de la cultura preventiva.

    05/10/2016.
    Raúl Villar, a la izquierda, en su comparecencia parlamentaria

    Raúl Villar, a la izquierda, en su comparecencia parlamentaria

    COMPARECENCIA PARLAMENTARIA SOBRE SINIESTRALIDAD LABORAL:

    Hola, buenos días, es muy importante para CCOO comparecer en el Parlamento y tener la oportunidad de exponer a esta comisión el punto de vista de este sindicato sobre la situación de la siniestralidad laboral en nuestra Comunidad. Al mismo tiempo, aprovecharemos para formular algunas propuestas que, a nuestro entender, de ser receptivas, redundarían en una mejora de la salud laboral de los trabajadores y trabajadoras de Navarra.
     
    Como ustedes saben, en febrero del año 1996 entró en vigor la ley de prevención de riesgos laborales. En estos 20 años se han producido grandes avances y uno de los aspectos más relevantes es la incorporación de la participación y el consenso desde los aspectos institucionales a los de empresa.

    Los mayores exponentes de todo esto podemos encontrarlo en las diferentes Estrategias tanto  Europea como Española de Seguridad y salud en el Trabajo (2014-2020/ 2015-2020). En Navarra, al hilo de estas estrategias se han desarrollado los  Planes de salud laboral. El III Plan de Salud Laboral (2015-2020) plantea 6 líneas estratégicas de actuación, siendo una de ellas, la de:
     
    Fortalecer el papel de los interlocutores sociales y la implicación de empresarios y trabajadores en la gestión de la prevención de riesgos laborales

    "En esta línea estratégica, es vital reforzar el papel de los órganos consultivos y de participación institucional en materia de prevención de riesgos laborales como instrumentos esenciales del diálogo social. El diálogo social es un instrumento básico para el impulso de la cultura de prevención en las empresas navarras. El acuerdo para la reactivación de la economía y el empleo firmado por el gobierno de Navarra y las organizaciones económicas y sociales más representativas institucionaliza el diálogo social y tiene como objeto fundamental propiciar las condiciones para asegurar un modelo de crecimiento económico y estable. Un pilar básico de dicho crecimiento lo constituyen las medidas para el impulso de la seguridad y la salud en el trabajo y la mejora del medio ambiente, así como las dirigidas a la obtención de un modelo de relaciones equilibrado y de colaboración, que fomente el empleo de calidad. En este sentido tiene un especial interés el trabajo desempeñado dese el año 2002 por la figura del Delegado de la Comunidad Foral para la prevención de riesgos laborales, así como los equipos de dinamización de la cultura preventiva. En el marco de este nuevo Plan de salud laboral se debe profundizar en la labor de estos delegados con el objetivo de sensibilizar y concienciar de la importancia de la salud laboral en las empresas, especialmente en aquellas de menor tamaño".
     
    Esta Ley creo una figura nueva. Son los delegados y delegadas de prevención.
    En los 20 años de aplicación de la ley, los sindicatos hemos impulsado un proceso de designación de delegados y delegadas de prevención, con resultados notables, tanto en el número de delegados elegidos, como en el impacto de su intervención preventiva directa y la configuración de una nueva cultura en materia de salud laboral.
     
    La labor de estos representantes no es fácil. Existen multitud de condicionantes internos y externos a las empresas que actúan en sentido inverso: las altas tasas de desempleo e inseguridad laboral y la reducción progresiva del tamaño de las empresas suponen importantes barreras. La escasa calidad de la actividad preventiva, la orientación general casi exclusiva a aspectos de seguridad, los recursos de inspección pública insuficientes, etc son elementos que no favorecen su labor.
     
    No es poco, por tanto, el papel que los delegados y delegadas de prevención tienen que asumir. Más aún si entendemos que la organización de un medio ambiente de trabajo adecuado-tarea encomendada en la ley-no se agota en la mejora de las condiciones laborales en sentido estricto, sino que debe completar también la protección del medioambiente global.
     
    El interior de la empresa constituye el escenario cotidiano donde tiene lugar una disputa entre intereses y concepciones ideológicas contrapuestas respecto al derecho a la salud. La "falta de compromiso empresarial", la escasa exigencia de calidad a los servicios de prevención, la poca integración de la actividad preventiva, las reticencias a informar adecuadamente y/o la información deficiente, a veces el rechazo a la opinión de los trabajadores, la reducción del derecho de participación a la consulta formal compone la expresión de esta disputa cotidiana. En este complejo contexto, los delegados y delegadas necesitas recursos y apoyos para contrarrestar las condiciones adversas en las que actúan y fortalecer su figura ante la empresa y los trabajadores.
     
    Aquí, entra en juego el sindicato aportando recursos formativos e informativos a través de técnicos conocedores de la materia bajo fórmulas diversas y adaptadas, ya sea en forma de visitas a empresas, charlas, cursos, folletos, manuales, guía, etc. Este apoyo no sólo ofrece herramientas de información y formación que aporten los necesarios conocimientos y habilidades, sino también brinda apoyo directo y asesoramiento para ayudar a los delegados de prevención a situar los problemas, a priorizarlos y enunciarlos en términos operativos.
     
    Esta es la función que se ha venido desarrollando estos últimos años a través de programas realizados con la colaboración del Gobierno de Navarra. Su objeto no es otro más que conseguir que los delegados y delegadas de prevención y los trabajadores participen activamente en materia preventiva dentro de la empresa, principalmente a través de la formación-información y mediante la promoción y la mejora de la salud y seguridad en las empresas Navarras, fomentando la cultura preventiva e introduciendo la evaluación de riesgos y la planificación preventiva.
     
    Por ello, no resultará novedoso a esta Comisión que CCOO pida la recuperación  de los programas claves en prevención de riesgos que se venían desarrollando en esta Comunidad. Me refiero a la figura del Delegado de la Comunidad Foral para la prevención de riesgos y para el medio ambiente y los equipos de dinamización de la cultura preventiva; herramientas importantísimas para los trabajadores y trabajadoras y sus representantes. Programas que venimos insistiendo públicamente en qué son necesarios si queremos mejorar las condiciones de vida y de trabajo; especialmente de las Pymes y micropymes.
     
    Los equipos de dinamización comenzaron su andadura en el año 1999 y los Delegados de la Comunidad Foral en el año 2001. Surgieron al amparo del artículo 83 del Estatuto de los Trabajadores, artículo que reconoce legitimidad para poder hacer acuerdos en materias concretas a las organizaciones sindicales y asociaciones empresariales más representativas tanto a nivel estatal como en las diferentes Comunidades Autónomas.
    La siniestralidad se sitúo como un problema de gran magnitud y por ello, los firmantes (CEN-CCOO-UGT), decidieron avanzar por caminos de concertación que superan el propio espíritu de la ley.
     
    La importancia de estos acuerdos es vital, puesto que si el apoyo de la patronal, las empresas nos cierran las puertas, no nos van a dejar entrar. De ahí la necesidad de contar con un acuerdo de esta naturaleza.
     
    Estos acuerdos se fueron plasmando en los diferentes planes de empleo que se han firmado en la Comunidad, planes negociados con el Gobierno y avalados por el Parlamento de Navarra.
     
    DCF

    A esta figura creada en el año 2001, se le reconocía competencias, atribuciones y funciones similares a las que tiene un delegado de prevención en su empresa. Y su ámbito de actuación se centra en actividades dominadas por la precariedad; en empresas de reducido tamaño. Se trata de garantizar la representación y participación de los trabajadores en aquellas empresas en las que, por el número de trabajadores de las mismas, no hay representación legal unitaria o, habiéndola, esta resulta inoperante.
    En el año 2004 se modificó el Acuerdo para dotar a esta figura también de funciones medioambientales.
     
    Navarra se convirtió en la primera Comunidad Autónoma en implantar esta figura siguiendo los pasos y experiencias que existen en países nórdicos. Fuimos capaces de ponernos de acuerdo con la Confederación de Empresarios de Navarra y sacarla adelante, puesto que si no hay acuerdo con la patronal no se puede instaurar esta figura.

    Equipos de dinamización
     
    A través de los equipos de dinamización se ha estado dando cobertura y asesoramiento a empresas de menos de 150 trabajadores, que no cubre el Delegado de la Comunidad Foral.
     
    Algunas cifras
     
    Según un estudio elaborado por CCOO con datos del Ministerio de Empleo, los accidentes de trabajo con baja han repuntado en Navarra en el periodo enero-junio de este año un 15,39%, siendo la Comunidad Autónoma con peor comportamiento.  La media estatal se sitúo en un crecimiento del 8,6%.
    Navarra registra un total de 4.378 accidentes de trabajo en este periodo. De ellos, 3.946 son accidentes con baja en jornada y 432 son accidentes con baja in itinere. En números absolutos estamos hablando de 584 accidentes más que en los seis primeros meses de 2015.
     
    Al mismo tiempo, el índice de incidencia se dispara. Los índices de incidencia miden el número de accidentes en relación al número de trabajadores. Concretamente se calculan utilizando, en el numerador, la media mensual de los accidentes con baja en jornada de trabajo del periodo considerado, multiplicados por cien mil y, en el denominador, la media mensual de los afiliados a la Seguridad Social con la contingencia de accidente cubierta en dicho periodo.
     
    Atendiendo a este índice, en Navarra hemos subido este último año 31,6 puntos, siendo la segunda comunidad con mayor incremento por detrás de País Vasco. En el conjunto de España el índice de incidencia ha subido 14 puntos. Si atendemos a los sectores; construcción es el que tiene el índice más elevado, seguido de industria.
     
    Los accidentes de trabajo reflejan el estado de salud y seguridad del mercado laboral. Navarra, ha sido referente en el ámbito de la prevención de riesgos laborales, se está registrando una involución derivada del empeoramiento de las condiciones laborales y de la menor inversión en prevención por parte de las empresas y las administraciones.
     
    Si atendemos a los accidentes in itinere, aquellos que se producen en el trayecto al ir o volver de trabajo a casa, se observa también un incremento, concretamente 78 accidentes más en el periodo enero-junio 2016 respecto al 2015.
     
    En este aspecto, no es la primera vez que solicitamos al Parlamento de Navarra una ley, que incluya la creación de Planes de movilidad en polígonos y empresas. Una ley de movilidad, similar a la que tienen en Cataluña, que recoge entre sus objetivos "favorecer los sistemas de transporte a la demanda de los polígonos industriales" e "integrar las políticas de desarrollo urbano y económico y las políticas de movilidad de modo que se minimicen los desplazamientos habituales y se garantice  plenamente la accesibilidad a los centros de trabajo.
     
    Cambiar la orientación
     
    Estamos viviendo una situación de urgencia respecto a la seguridad y salud en el trabajo. Llevamos asistiendo desde 2013 a una escalada continua y cada vez más acelerada de los accidentes de trabajo y no vemos que los poderes públicos tomen las medidas necesarias para frenar este desastre. Es necesario que la salud y seguridad entre en la agenda de los partidos políticos y las instituciones y que se asuma que la precariedad, el deterioro de las condiciones de trabajo y la desregulación de las relaciones laborales están detrás de un fenómeno que se está convirtiendo en uno de los graves problemas de la sociedad.
     
    Los recortes y la crisis están sirviendo de excusa tanto a las empresas como a la Administración para abandonar lo más importante que tiene una persona trabajadora, su derecho a un trabajo seguro y saludable. Para CCOO todos los accidentes se pueden evitar, y es obligación de las empresas hacerlo y de la Administración obligar a que se haga. En un tema tan importante como la vida y la salud de la clase trabajadora no se puede mirar para otro lado.
     
    En la empresa privada, la reforma laboral ha dado una oportunidad a las empresas para desatender la prevención, puesto que el miedo a perder el empleo ha permitido que estas se aprovechen y los trabajadores y trabajadoras sean cada vez más vulnerables. Si a esto unes que los medios de Inspección de Trabajo y las medidas de sensibilización están siendo cada vez menores, entramos en un bucle que termina en una coincidencia de intereses entre la bajada de responsabilidad social de las empresas, la bajada de recursos  que dedica la Administración y el desmantelamiento de los mecanismos de control, la consecuencia es más accidentes  a pesar de haber mucho menos trabajo, por tanto parece toda una complicidad para que vaya en contra de los más débiles.
     
    No olvidemos que la siniestralidad laboral es un importante factor socioeconómico, con un gran impacto en la sociedad y es un barómetro fiable del desarrollo y bienestar de una sociedad. Los accidentes de trabajo y las enfermedades laborales ocasionan daños y pérdidas. Podemos hablar del altísimo coste tanto humano como económico.

    En el aspecto humano, el coste lo constituye el daño que sufren las personas directamente afectadas, como el que sufren sus allegados. Supone desde lesiones físicas que implican dolor, pérdida de trabajo, necesidad de atenciones médicas y/o rehabilitación, hasta, en determinados casos pérdida de autonomía personal, alteración de proyectos de vida, minusvalías, etc. Los allegados también sufren el coste de la pérdida de familiares por consecuencias fatales, cuando esto ocurre.
     
    Por otro lado está el coste económico. Este está formado por todos los gastos y pérdidas materiales que el accidente ocasiona, para la persona y su familia, así como el coste del deterioro de materiales y equipos y pérdida de tiempo de trabajo para la empresa y sus compañías aseguradoras, coste para las arcas públicas, para la sociedad en general.
     
    El Gobierno de Navarra ha recortado drásticamente los recursos destinados a la lucha contra la siniestralidad laboral. Por poner un ejemplo, la figura antes comentada del Delegado de la Comunidad Foral para la prevención de riesgos laborales atendía y visitaba anualmente más de 5.600 pequeñas y medianas empresas. Y lo que es más grave, esta tarea preventiva se ha dejado de hacer porque no se ha previsto que la haga nadie; ni se ha reforzado con personal del instituto de Salud Pública y laboral de Navarra ni se ha encargado a otra entidad que realice esta labor.
     
    En materia de salud laboral, el éxito depende de la participación real y efectiva de todos los actores implicados en prevención, y en especial de los interlocutores sociales, ya que existe una relación directa entre el grado de implicación de los empresarios y trabajadores y de los niveles de seguridad y salud en las empresas.
     
    A través de esta comparecencia y atendiendo a la situación en la que nos encontramos vemos necesario que el Gobierno de Navarra reflexione y ponga en marcha de urgencia una mesa con los interlocutores sociales con el fin de impulsar actuaciones en este sentido, con el fin de erradicar la lacra de los accidentes, se intensifique los recursos del Instituto de Salud laboral  de Navarra e impulse visitas a centros de trabajo, desarrollando campañas de concienciación y difusión de la cultura preventiva con el fin de reducir este grave problema que atañe a la sociedad.